jueves, 1 de septiembre de 2011
MI LIBERTAD
Qué equivocada estaba. Qué ensoñaciones encarcelaban mi razón. Buscaba la libertad sin encontrarla. Me desesperé hasta la locura para encontrarte. Estabas tan cerca de mí que no podía verte. Una mañana al despertar noté tu resplandor y supe que siempre habías estado conmigo. Ese día descubrí que estabas dentro de mí. Inventé tu cuerpo, tu voz, tu olor, tu caricia. Me sonreías y todo mi mundo recuperaba su existencia. No podía oír tus gritos porque mis pensamientos no me permitían escapar.
La razón a veces, nubla nuestros sentimientos, nos confunde, nos pone trampas que no sabemos superar. La música de nuestra imaginación nos adormece y nos hace sentirnos felices. Ya no necesitamos mirarnos pues olvidamos nuestra propia existencia. Pero un día, alguien nos ofrece su mano y despertamos a nuestra realidad. Entonces nuestra mente se llena de pensamientos alegres, una sonrisa de triunfo se dibuja en nuestra cara y por fin lo entendemos todo.
Somos libres de nosotros mismos, somos libres para ser nosotros.
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