Tengo miedo.
Un miedo irracional que
atenaza mis sentidos.
Es un miedo imposible,
increíble, inexistente.
No sé de dónde ha venido,
pero me hace temblar.
Me asusta, me duele la
piel.
Me acurruco como un niño,
intentando espantarlo.
Mis ojos cerrados evitan
mirar, pero la curiosidad les obliga a abrirse.
Ahí está todavía, ¿quién
eres?, ¿por qué me persigues?.
¿Qué quieres de mi?.
No tiene voz, pero
entiendo su lenguaje, incomprensiblemente.
Me habla de mi pasado, de
mi inseguridad.
Me cuenta que no existe
sino en mi mente.
Me dice que le libere, que
necesita marcharse lejos….
No entiendo nada, es una
pesadilla de la que no puedo salir.
A medida que hablamos me
doy cuenta de que va desapareciendo.
He dejado mi rincón oscuro
y he salido para mirarle a la cara.
Ahora ya no tengo miedo.
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